LOS PRESOCRATICOS

OBJETIVOS

·         Determinar la pregunta fundamental que dio origen al pensamiento filosófico.

·         Analizar las respuestas que dieron los presocráticos a la pregunta por el principio de todas las cosas

  • Reconocer los filósofos presocráticos y sus teorías filosóficas.

ES HORA DE PENSAR

Reúnete con tus compañeros y e labora en tu cuaderno una teoría que dé respuesta al siguiente cuestionamiento.

Cuando terminen de elaborar la teoría, selecciona dos integrantes de tu grupo para que expongan su teoría a todo el grupo.

¿QUIENES FUERON LOS PRESOCRÁTICOS?

Si buscamos una definición clara de los presocráticos llegaremos al punto  de decir que son los primeros filósofos que iniciaron el llamado paso del mito al logos.

El nombre de presocráticos hace referencia a todos aquellos pensadores que ejercieron su labor filosófica antes de Sócrates (desde el año 624 a. C. hasta el siglo V a. C.). No obstante, esta cronología es bastante artificial, ya que muchos de estos hombres fueron contemporáneos e incluso sobrevivieron a Sócrates

Los presocráticos pusieron en tela de juicio  el origen del todo, es decir quisieron a partir  de  algunos elementos de la naturaleza y  connotaciones propias del ser, dar una explicación más razonable, por ello establecieron algunas teorías  en las cuales nombraban al  fuego, el agua, el aire, la tierra, el ser entre otras. Como los elementos vitales para que se originara la vida. Personajes como Tales de Mileto, Anaxímenes, Anaxágoras, Empédocles, Demócrito y Heráclito fueron los que rompieron la tendencia mitológica y dieron un giro a la historia de la ciencia en Grecia y hasta ahora no se olvidan.

Cada uno de los anteriores filósofos dio su arjé o identificó su principio de todas las cosas con un elemento distinto. Con ellos se inaugura la filosofía como paradigma racional autónomo y original, es decir, ocupan ese punto de bifurcación en el que se abrió paso un nuevo camino, el logos, la razón, que terminó desalojando la religión, el rito, el mito

 

Por lo anterior los presocráticos   generaron  hipótesis viables bajo argumentos probables solo con hecho de mirar a nuestro alrededor  y nuestro interior. Denominado como el PRIMER PRINCIPIO.

Al referirse del primer principio Tales tiende a afirmar que todo  parte de un elemento vital que lo encontramos en la naturaleza. Dando origen a la primera respuesta la encontramos, para el cual el principio o arjé era el agua, afirmación que se fundamentaba en la observación de que todo cuerpo, alimento o germen poseía la cualidad de lo húmedo, siendo el agua su principio rector. Lo importante de dicha afirmación no estriba en la elección del principio, sino en la afirmación de la necesidad de la existencia de éste para explicar la multiplicidad empírica y en que la arjé se formula fuera de todo contenido religioso. Si Tales es el primer filósofo, la filosofía surge como una explicación genealógica de lo real, de la physis, como generalización de la ley universal de todo acontecer.

 

Posteriormente al hacer esta afirmación por parte de Tales, otros filósofos  concluyen que no es el agua. Como lo hace Anaximandro siendo él, el segundo presocrático, toda la multiplicidad (determinada) de seres surge de un principio que ya no es un «elemento físico», sino un preelemento indefinido e indeterminado: el apeiron (de péras, límite, determinación). El apeiron es un principio abstracto, hipotético, que contradice toda experiencia sensible.

Consecutivamente Para Anaxímenes de Mileto (h. 582 a. C.-524 a. C.), el arjé o principio creador de todas las cosas es el aire, que por condensación y enrarecimiento, en ciclos infinitamente repetidos, origina todos los seres y sus diferencias cualitativas. Aire es también el alma (psiché), soplo o aliento divino similar al aire que nos rodea.

Heráclito de Éfeso (h. 544 a. C.-480 a. C.) fue el último de los presocráticos que vivió en Jonia. se le dio el sobrenombre de «el Oscuro». Afirmó que el origen de todas las cosas es la guerra, la lucha y oposición de contrarios de la que surge la armonía, según una inexorable ley que remite a una unidad oculta: el logos, el fuego eterno que «se enciende según medida y se apaga según medida». Todas las cosas están sujetas a un devenir perpetuo donde todo fluye y nada permanece, y donde el nacer o perecer de un ser implica necesariamente el nacer o perecer de su contrario. La naturaleza es conflicto, lucha de presencias y ocultamientos: «Nos bañamos y no nos bañamos en el mismo río; somos y no somos».

A la figura de Heráclito se le suele contraponerla de Parménides de Elea (finales del siglo VI a. C.), el cual niega todo devenir como pura apariencia de ser. El mundo fenoménico, del cambio, es un engaño de los sentidos, mera apariencia. Todo pensar se encuentra siempre en la encrucijada de dos caminos: el primero es el camino del uno, «que es y que no es no-ser». El segundo es el del «que no es y que no-ser es necesario».

Muy importante fue su doctrina del número, según la cual, éste es concebido como la arjé o principio de todo lo presente y de todo lo pensable. Pero el numero ha de entenderse cualitativamente y como determinación ontológica, no cuantitativamente. Dentro de esta doctrina, los pitagóricos le concedieron especial importancia al tetraktys, es decir, a la serie numérica 1 +2 + 3 +4, cuya suma es igual a 10 (década), igual que son diez los principios de los opuestos e incluso los cuerpos celestes: nueve• visibles y una ariti-Tierra añadida (Antikton). El movimiento de los planetas y las estrellas produce una música celestial (armonía de las esferas) inaudible a los hombres pues es el silencio que acoge y en el que tiene lugar todo sonido.

Pitágoras de Samos (h. 580 a. C.-500 a. C.), Pitágoras consideró que el alma era inmortal  y  debía sufrir antes de su definitiva liberación diferentes  reencarnaciones. Muy importante fue su doctrina del número, según la cual, éste es concebido como la arjé o principio de todo lo presente y de todo lo pensable. Pero el numero ha de entenderse cualitativamente y como determinación ontológica, no cuantitativamente. Dentro de esta doctrina, los pitagóricos le concedieron especial importancia al tetraktys, es decir, a la serie numérica 1 +2 + 3 +4, cuya suma es igual a 10 (década

También habría que mencionar a Empédocles de Agrigento (h. 490 a. C.-h. 430 a. C.), que estableció la teoría de los cuatro elementos (fuego, aire, tierra y agua) como principios genéticos y rectores del cosmos, elementos que se combinan como resultado de un equilibrio entre el amor (atracción) y el odio (repulsión).

 

De suma importancia son también Demócrito de Abdera (h. 460 a. C.-370 a. C.) y Leúcipo (h. 460 a. C.-h. 370 a. C.), que desarrollaron la teoría del atomismo, según el cual el mundo está compuesto (arjé) exclusivamente de átomos en movimiento en un espacio vacío, explicación que ha venido a denominarse mecanicismo y que será desarrollada en siglos posteriores por pensadores como Descartes o Hobbes. Estos átomos son eternos, distinguiéndose únicamente por su distinta figura, posición y orden. 

SOPA DE LETRAS
TEMA 6 LOS PRESOCRATICOS.doc
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